Para unos es una clase de ‘Rey León’, que reconquistó
sus dominios venciendo a la muerte, y para otros es un
zorro tramposo, que hizo su carrera gracias al dopaje,
pero con su anunciado retiro, Lance Armstrong deja
en la mesa más preguntas
que respuestas. El ciclista estadounidense,
siete veces campeón del Tour de Francia, confirmó
el martes su segunda retirada
del ciclismo profesional y ésta parece ser definitiva-,
“para dedicar más tiempo a su familia, a la lucha
contra el cáncer y a su f u n d a c i ó n”. Armstrong, de
39 años, dice adiós al deporte que le convirtió en
celebridad en América, persona controvertida en
Europa, e ícono de esperanza para millones de personas
en todo el mundo. La pregunta más importante
que permanece en el aire con su partida, es si de veras
incurrió en dopaje.
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